Orquídeas
La orquídea es una de las flores con mayor número de especies en el reino vegetal. Existen alrededor de 24.000. Es una planta tropical o subtropical que puede vivir en cualquier parte del mundo mientras le demos los cuidados específicos que requiere. Es una planta epífita,es decir que no vive sobre un sustrato real, sino que se apoya sobre otra planta (corteza de pino o de turba) y tiene raíces aéreas. Necesitan mucha luz pero no debe darle los rayos solares directamente. Necesitan mucha humedad ambiental, por lo que hay que hidratarla en la zona de raíz y también en hojas y flores con pulverizado.
Luz
Como todas las plantas, la luz es uno de los factores fundamentales para su buen desarrollo. La mayoría de orquídeas necesitan mucha luz pero poco o nada de sol directo (de las orquídeas tropicales, sólo las Vanda y las Cymbidium pueden tolerar el sol directo pero fuera de las horas centrales del día).
Debe buscar una ubicación cerca de ventanas con buena orientación. Si el sol entra en alguna hora del día procure filtrar la luz a través de visillos que la atenúen.
Unas buenas condiciones de luz son imprescindibles para estimular la floración y el crecimiento de la planta.
Si no se dispone de la suficiente luz natural, una opción consiste en instalar luces artificiales especiales para plantas. Las hay de diferentes tipos (de mercurio, de sodio de alta y baja presión, etc.). Consulte a su proveedor.
La luz insuficiente provoca la falta de floración, poco crecimiento, tallos frágiles que pueden caerse, hojas de color verde muy oscuro o, según otras condiciones, hojas que amarillean hasta caerse.
Agua
El agua es quizás, junto con la luz, el elemento más importante en el desarrollo de las orquídeas. Es mediante este elemento como la planta se hidrata y nutre a partir de las substancias orgánicas disueltas en ella.
Las orquídeas no pueden regarse con la primera agua que tengamos a nuestro alcance. Normalmente el agua corriente que sale del grifo de casa presenta una alta dureza, cloro, elevado ph y otros componentes que la hacen altamente perjudicial. Recordemos que en su hábitat natural las aguas suelen ser muy blandas y exentas de aditivos.
Para regar nuestras plantas deberemos utilizar agua blanda (baja en sales minerales, calcio, sodio, etc.). Normalmente se utilizan aguas embotelladas (la de marca Bezoya es idónea). No obstante, si disponemos de muchas plantas, una buena opción es instalar un equipo de filtrado de agua por osmosis inversa. Actualmente hay diferentes modelos a precios muy asequibles. Este tipo de filtrado múltiple nos asegura una baja dureza, una corrección del ph, eliminación del cloro y partículas pesadas.
Consejos para el riego:
Los riegos deberán tener una frecuencia ajustada a las condiciones de temperatura. Mayor frecuencia en verano y menor en invierno coincidiendo con los periodos de reposo después de la floración.
Los riegos deben simultanearse con las vaporizaciones que más adelante trataremos.
Es importante dejar que el substrato se seque parcialmente (sin llegar a que esté totalmente seco) entre riegos. Si vigilamos las raíces (en las que tienen envase transparente) sabremos que hay falta de riego si las raíces se han vuelto de color blanquecino. Si están verdes, probablemente no necesitan más agua.
Evitar en todo caso que el agua quede encharcada en el substrato. El drenaje siempre ha de ser muy bueno aunque esto hará que tengamos que regar más a menudo.
Para mantener un poco de humedad sin dañar las raíces, es aconsejable que coloquemos debajo de la maceta o recipiente que contenga la orquídea, un plato con bolitas de arcilla y un poco de agua. Lo importante es que el agua no entre en contacto directo con la base de la maceta ya que esto podría causar la podredumbre de las raíces. Deben ser las bolitas humedecidas las que transmitan por capilaridad algo de humedad. De esta forma colaboramos a que la planta tenga unas mejores condiciones.