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Cineraria: Experiencia de color

La cineraria es una planta tan bonita como delicada. Requiere de muchos cuidados específicos, relacionados con la temperatura a la que debe permanecer el ambiente donde viva, el riego, la luz y las plagas. Ofrece a cambio una belleza particular, difícil de encontrar en otras especies sobre todo en invierno, que es cuando florece.

Es una planta que vive mucho mejor en interiores, dada que necesita de temperaturas de entre 15 y 20ºC, y se deteriora cuando sufre climas por debajo de 10ºC. Además, su reducido tamaño (no supera por lo general los 45 centímetros de altura) y la belleza de sus flores la convierten en un ejemplar estupendo para dar colorido y decoración al salón de la casa.

La flor de la cineraria se parece a la de la margarita, aunque su gama cromática es más amplia. En el momento del esplendor de su florecimiento, la parte superior de la planta queda por completo cubierta de flores, conformando un auténtico ramo natural.

Las hojas, por su parte, se desarrollan en la parte inferior del ejemplar. Son gruesas, suaves al tacto y de color verde oscuro y tienen forma de corazón y bordes dentados.

Riego, luz y otros cuidados de la cineraria

Con relación al riego, lo que se debe procurar es mantener el sustrato siempre húmedo pero sin encharcarlo. En el periodo de floración es necesario regarlas todos los días. Además, hay que tener en cuenta la necesidad de mantener la humedad del ambiente en niveles no demasiado bajos, por lo cual en invierno, cuando esté encendida la calefacción, se recomienda pulverizar agua en la zona en que se encuentre la planta, sin que caiga de manera directa sobre ella.

La cineraria necesita de mucha luz, de modo que conviene que la habitación en que se ubique la planta esté muy bien iluminada. Pero la incidencia directa de los rayos del sol le hace daño. Por eso, hay que tener cuidado de no colocarla cerca de una ventana a través de la cual pudiera sufrirlos. Tampoco, por supuesto, deben estar cerca de fuentes de calor.

En cuanto a las plagas, el mayor problema para la cineraria es el pulgón. También es vulnerable a la mosca blanca. Para prevenir estos inconvenientes, el mejor método es aplicar un producto fitosanitario contra la acción de estos predadores.

Además, durante la época de la floración, se aconseja abonar el suelo cada dos semanas.

Esta planta es anual, es decir, vive un año y luego muere. La multiplicación se realiza mediante semillas y el momento de la siembra es a finales del verano y comienzos del otoño.

La cineraria, nombres y curiosidades

El nombre “cineraria” corresponde a un género compuesto por unas 50 especies, entre plantas herbáceas y pequeños arbustos. Sin embargo, la planta que se conoce por ese nombre (o, de forma más específica, cineraria híbrida o cineraria con flor) no forma parte de ese grupo, sino de otro llamado pericallis.

¿Cuál es la explicación? La taxonomía antigua sí consideraba a las pericallis como parte del género cineraria, pero hubo una modificación según la cual el término “cineraria” pasó a limitarse a las mencionadas 50 especies, todas provenientes del sur de África. Las pericallis pasaron a ser un género nuevo, dentro del cual quedó la llamada cineraria híbrida o con flor, al igual que otras 13 especies originarias de las islas Canarias. Incluso su nombre científico cambió: de Senecio cruentus pasó a Pericallis x hybrida.

La Pericallis x hybrida (Florist’s Cineraria, es decir, “cineraria del florista”) es el resultado de una hibridación entre la Pericallis cruenta y la Pericallis lanata, ambas de origen canario, desarrollada en los jardines reales británicos en 1777.

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